Con Lorca

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Si te asomas a la ventana, la calle parece también un tablero de ajedrez al que alguien hubiera dado una patada. Pedazos de acera en medio de la calzada y una espadaña rota junto a un automóvil volcado. Bicicletas mutiladas, motos que se desangran por una llaga abierta en el depósito del aceite. Las personas también han sido removidas de sus lugares naturales…

Y podría haber sido peor.

Comenzaba el año 1974, el franquismo agonizaba y el director de un colegio de Lorca, Pedro Guerrero, recibía una carta de un amigo, el actor murciano Paco Rabal. «Pedro, en Águilas, cerca de Cabo Cope, quieren instalar una central nuclear. Mi primo Pedro Costa te verá en Lorca (…). Yo me lo dejo todo y voy para nuestra tierra enseguida», escribía el protagonista de Viridiana, que estaba dejando de ser un galán y tenía más tiempo para la lucha…

Pero ya habrá tiempo para la reflexión. Ahora toca solidarizarse.

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